Facturación electrónica

¿Realmente nos beneficia a todos?

 

Eco. Marco Peñaloza Bonilla

La globalización ha generado una cercanía inusitada entre las economías de distintas latitudes. En el Ecuador, el comercio exterior, la movilidad (capital y personas), el acceso a la información, las redes sociales y la digitalización de los servicios, han supuesto una nueva forma de relacionarnos, de comprar, de vender, de hacer negocios.

Por su parte, las Administraciones Tributarias no han estado al margen de esta evolución tecnológica integracionista, generando transformaciones relevantes en los servicios brindados a los contribuyentes a través de páginas web y plataformas digitales dinámicas, así también, sus controles apalancados en el uso de la información han tenido efectos positivos en los usuarios para el ente de control.

La facturación electrónica es una realidad en el Ecuador y está por cumplir una década, de hecho, el primer grupo de contribuyentes que tuvieron la obligación de emitir comprobantes electrónicos fueron: sociedades emisoras y administradoras de tarjetas de crédito, instituciones financieras, contribuyentes especiales de telecomunicaciones y exportadores, esto, en el año 2014. Mientras que el grupo de contribuyentes que se incorporaría para el año 2022, se trata de las personas naturales y sociedades que hayan facturado entre USD 200 y USD 300 mil en el año inmediato anterior (2021).

Según el cronograma establecido por el SRI anteriormente, se preveía que hasta el 2024 se llegue a la emisión de comprobantes electrónicos en casi la totalidad de contribuyentes. Sin embargo, en la última reforma (29 de noviembre de 2021) se estableció como obligatoria, la emisión de documentos electrónicos hasta noviembre del 2022, quedando excluidos únicamente aquellos contribuyentes cuyo ingreso anual no supere los USD 20.000.

Definitivamente, la facturación electrónica presenta varias ventajas en comparación con la facturación física. Si bien, en sus inicios generó incertidumbre sobre todo por su implementación; en un contexto general, la experiencia en este recorrido ha sido positiva para sus adherentes. Los contribuyentes valoran varios aspectos de la digitalización de los comprobantes de venta, entre estas, el ahorro en los costos asociados a la emisión de facturas físicas, así como en el espacio físico que se destinaba en las bodegas de las empresas para conservar estos documentos, que según la normativa se deben conservar por el lapso de siete (7) años.

Otro de los aspectos valorados por los contribuyentes, esta relacionado a los tiempos de entrega de los comprobantes de venta, ya que los mismos llegan a un correo electrónico de manera eficiente. Anteriormente las transacciones entre contribuyentes de distintas ciudades generaban ineficiencias en los registros de ingresos a bodega, contabilizaciones, aplicación de retenciones, etc., ya que los comprobantes de venta físicos tardaban en llegar a las oficinas de las empresas varios días, incurriendo además en costos por esta logística de envíos.

La dinámica de facturación electrónica ha generado el desarrollo de servicios tecnológicos, plataformas, sistemas y aplicativos para que las empresas y emprendedores (personas naturales) puedan emitir comprobantes electrónicos desde la comodidad de un ordenador e incluso desde un teléfono celular, siendo un proceso sencillo, la digitalización ha permitido tener una reportería eficiente, obteniendo resúmenes de ventas, compras y gastos, que permite una efectiva toma de decisiones a los usuarios.

Para el SRI la facturación electrónica también ha supuesto grandes desafíos, ya que, la administración, mantenimiento, procesamiento y sobre todo la seguridad para resguardar la información recibida ha requerido de una gran inversión en tecnología, infraestructura y recursos. Sin embargo, la facturación electrónica también ha generado externalidades positivas para el control. Ha permitido mejorar el cumplimiento de las declaraciones como lo demuestra un estudio del BID, Banco Interamericano de Desarrollo, denominado “Evaluación del impacto en el cumplimiento tributario” en donde se identifica que existe un efecto causal que generó mejoras en el cumplimiento de las obligaciones fiscales de aquellos contribuyentes que tienen la obligación de emitir comprobantes electrónicos.

Esta mejora en el cumplimiento, se ve explicada por el hecho de que los contribuyentes tienen una percepción de riesgo al entender que sus transacciones son conocidas por el ente de control casi en tiempo real y esto genera un efecto de veracidad y oportunidad en las declaraciones y anexos a reportar.

En definitiva, la facturación electrónica sugiere beneficios para sus actores desde todas las aristas. Se alinea a una era moderna en la operatividad de las actividades económicas y a sus beneficios respecto a la eficiencia y experiencias positivas entre los usuarios. En un mundo de páginas web, sistemas, digitalización, redes sociales, plataformas y aplicaciones móviles, si no estas en facturación electrónica no estas en nada.

 


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